Qué ofrezco
Un espacio de acompañamiento psicoterapéutico a jóvenes y personas adultas con inquietud por trabajar en ellas mismas con la finalidad de vivir con mayor armonía y libertad interna, mediante favorecer la conciencia y el autoconocimiento, potenciar los propios recursos, aprender a gestionar las limitaciones y crear, en último término, una vida satisfactoria, creativa y congruente consigo mismas, que se deriva de vivir conectado con el propio potencial y crear el propio camino de vida.
La relación terapéutica es esencial en este viaje, y está basada en una actitud de aceptación positiva incondicional, por lo que se acepta la persona tal y como es en su totalidad, sin condiciones, y la empatía, que facilita tratar de entender el mundo desde sus ojos. Esta relación es la base que permite explorar los conflictos y sufrimiento que presenta la persona, a través de los cuales que se profundiza en su concepto de sí misma y se descubren maneras de trascender sus limitaciones y liberarse del sufrimiento.

Partiendo de una la concepción holística del ser humano, se trabaja con todas las dimensiones de la persona, atendiendo, pues, a las sensaciones físicas, las emociones y los pensamientos que integran sus vivencias. Se utiliza el intercambio verbal y se hacen propuestas -de libre aceptación- de ejercicios corporales (de expresión y promoción de la conciencia corporal) y de visualización.
Los motivos de consulta pueden estar relacionados con síntomas de sufrimiento o malestar emocional (ansiedad, tristeza o depresión, deseperanza, sensación de vacío y desorientación, entre otros), dificultades en la gestión de las emociones, baja autoestima, problemas relacionales, problemas de pareja, insatisfacción con alguna área de la propia vida, conflictos internos no resueltos, experiencias traumáticas, duelo, síntomas psicosomáticos, sensación sostenida de infelicidad o cualquier otra causa que esté limitando la percepción de bienestar personal y provoque sufrimiento.
Duración
El proceso psicoterapéutico tiene una duración variable, dependiendo de las necesidades de cada persona y de la profundidad del proceso en el que decida implicarse. La orientación humanista de la psicoterapia se caracteriza por pretender cambios psicológicos profundos, más allá de la erradicación de los síntomas de malestar, pero tal y como el inicio del proceso es fruto de una decisión personal, también lo es su finalización, que tiene lugar cuando la persona considera que ha conseguido los objetivos que venía a trabajar.